Al no poder usar el flash la calidad de algunas tomas no es la deseada. Sin embargo, creo que merece la pena incluirlas. No todos los instrumentos de tortura corresponden a los utilizados en España, ni a la época en la que transcurre la trama.
Ciertamente uno se ve invadido por muchas emociones al visitar los museos: curiosidad, respeto, aprensión, incredulidad. risas nerviosas... Si de por si impone ver estas exposiciones y tremendo imaginar su uso real y el pavor, sufrimiento y dolor que debían producir en aquella época. Parece inconcebible que ese fuera parte de nuestro pasado.
A nosotros casi nos solía con solo ver aquellos instrumentos.