Tengo el gusto de presentaros mi segunda novela publicada, en este caso con Ediciones Mundi Book. Ha sido toda una aventura y aprendizaje personal escribirla, sobre todo teniendo en cuenta que no fue ideada para ser publicada. Era más bien un reto y esfuerzo personal en unos momentos complicados de mi vida en los que tuve que enfrentarme a la aparición de una dolencia que tardaría años en ser convenientemente tratada con buenos resultados tras muchos tratamientos fallidos: la epilepsia.
En mi caso no nací con ella. Apareció en mi vida tras una agresión sufrida mientras trabaja como educador de disminuidos psíquicos. Era un trabajo absolutamente vocacional y que adoraba. En honor a la verdad fueron ingresados en el centro, en régimen de internado, algunos chavales con graves patologías psiquiátricas asociadas y cuyos expedientes se extraviaron convenientemente. Los trabajadores ignorábamos que algunos de ellos habían cometido agresiones severas e incluso asesinado a familiares. En este contexto, aunque estábamos acostumbrados a casos complicados, no se nos proporcionó información alguna sobre las características y modo de actuar ante determinados actos de violencia. Hay que resaltar que un trabajador, en condiciones normales, no puede ni debe levantar la mano a una persona incapacitada legalmente y que hay una responsabilidad civil tras ello.
Las agresiones nos alcanzaron y como resultado... nació este libro para, inicialmente, conocer la dolencia y adaptarme a ella. Fue un esfuerzo de concentración mental ante los penosos efectos secundarios de los tratamientos.
Posteriormente pensé, como entretenimiento, enmarcar lo que sabía en una época distinta:comienzos del siglo XVII. Fue una sorpresa lo que descubrí tras muchas investigaciones en actas de la Inquisición de Toledo, museos, entrevistas a curanderas... y una aventura a la que os invito a participar.